Álex Saab defendido por un Estado forajido
Un Estado sin barrera alguna para el pillaje, y capaz de estructurar nacionalidades exprés y documentar todo tipo de fechorías, es realmente una bomba contra las relaciones internacionales y el orden mundial.
Un Estado sin barrera alguna para el pillaje, y capaz de estructurar nacionalidades exprés y documentar todo tipo de fechorías, es realmente una bomba contra las relaciones internacionales y el orden mundial.
La defensa que la tiranía ha interpuesto ante Cabo Verde a favor del testaferro Álex Saab es la mejor demostración que estamos en presencia de un Estado forajido. Que constituye un peligro para la Humanidad por la capacidad para impulsar cualquier actuación peligrosa, como el encubrimiento del terrorismo, narcotráfico, lavado y crímenes de lesa Humanidad. Curiosamente el protegido Saab es considerado el eje principal en este tinglado criminal.
El mal uso de los pasaportes diplomáticos y de los privilegios que otorga el derecho internacional no pueden ser tolerados. Permiten la infiltración de todo un andamiaje delincuencial, donde figuran terroristas iraníes, cubanos, sirios, palestinos, guerrilleros de todos los pelajes que andan por el mundo desafiantes bajo la protección de un Estado dispuesto a exterminar a todo aquel que no comulgue con los postulados del grupo de Sao Pablo, reencarnando en el denominado de puebla.
El montaje que han organizado en Cabo verde deja ver las costuras de antiguos personajes que incluso desde altas magistraturas presumían de honradez y de ejemplo ético.
Un Estado usurpador como el venezolano, que es capaz de fabular puestos diplomáticos para alegar inmunidad por las fechorías cometidas en numerosos países, es suficiente para que de verdad se tomen acciones urgentes para derribar estas peligrosas estructuras.
Exculpar al delincuente, con el poder del dinero, sospechosos abogados y ministros de pacotilla, avocados a la defensa y otorgarle supuesta inmunidad diplomática, tendrá que servir también como prueba futura para que respondan ante la justicia internacional, por encubrir un entramado delincuencial que ha desatado una hambruna en el país y ha dejado sin techo a millones de ciudadanos, víctimas de este saqueo colectivo.
Los delitos comprobados no los encubre ni los borra ninguna inmunidad diplomática, que nos es escudo para la inmoralidad y eludir la justicia.
Las fechorías cometidas por este personaje y la estructura estatal que les soporta tienen carácter transnacional, definidos así por la convención nacional de las Naciones Unidas contra la delincuencia organizada transnacional:
1.-Se comete en más de un Estado
2.- Entraña la participación de un grupo delictivo organizado que realiza sus actividades criminales en más de un Estado, y sus efectos sustanciales causan graves prejuicios. Además de afectar a Venezuela, lo han hecho en EEUU, Colombia, México, Argentina, Bolivia, Ecuador y bajo el apoyo de gobiernos forajidos, como el de Irán, Siria, Cuba y grupos insurgentes de más de 60 países.
La delincuencia organizada transnacional es hoy una gran dificultad para el mundo, por lo que se ha blindado el sistema jurídico para luchar contra este flagelo global.
Ha señalado la ONU que la eficiencia en la lucha contra la delincuencia transnacional, exige una estrecha cooperación en materia penal entre los Estados.
La clave está en la cooperación en el ámbito de la justicia penal, que ha logrado grandes avances, que insta a la reciprocidad y asistencia en las estrategias contra el crimen organizado.
Entre los tratados destaca la convención sobre la prevención y el castigo de delitos contra personas internacionalmente protegidas (1973), inclusive los agentes diplomáticos.
Además, será fácil para la justicia internacional demostrar, en el caso que nos ocupa, que el rango de agente diplomático y la supuesta nacionalidad del imputado, son producto del fraude, ante lo cual tendrían también que responder los actores amparados en un Estado forajido.
En el proceso judicial desarrollado en Cabo Verde ha prevalecido entre el estado requerido y el requirente la asistencia judicial recíproca, que es la piedra angular hoy para el combate contra la delincuencia organizada transnacional. Allí se está desarrollando el proceso legal, cumpliendo todos los protocolos para el logro de la extradición.
El objetivo hoy del derecho internacional busca fortalecer una estructura que conforme una verdadera red mundial de cooperación, a sabiendas que es la única manera de enfrentar las mafias mundiales delictivas como el presente caso.
Es importante comprender, igualmente, la definición de la jurisdicción universal como "la jurisdicción ejercida por un Estado para enjuiciar al presunto autor de un delito, cualquiera que sea el lugar donde se haya cometido, cualquiera que sea la nacionalidad del autor o de las victimas y cualesquiera que sean los intereses del Estado que resulten perjudicados".
Se ha informado que el exjuez español Baltazar Garzón fue contratado para la defensa de Saab.
En 1999 el juez Garzón entabló una acción penal en España contra un militar argentino. Es el conocido caso Cavallo. Lo traigo a colación no para asemejarlo al caso Saab, pero sí para revisar las prerrogativas éticas en el ejercicio del derecho.
El juez Garzón solicitó la extradición de Cavallo amparándose en el principio de la jurisdicción universal y lo hizo por genocidio y terrorismo. Su defendido de hoy es acusado por colaborar con el terrorismo internacional, financiando grupos como Hezbolá y los escuadrones iraníes. Además, de apropiarse del dinero para la compra de alimentos y viviendas de un pueblo que muere por desnutrición, carece de techo digno y muchos males ocasionados por la tiranía que hoy exhibe como su agente al presunto indiciado. En aquella oportunidad la Suprema Corte de Justicia de México dio razón al juez, coincidiendo en la extradición. Hoy pretende como abogado que esta se niegue al propiciador de hechos semejantes, contra las poblaciones de diferentes países. ¿se le olvidaron al abogado Garzón los postulados éticos que enarbolaba el juez Baltazar Garzón?
En aquel momento defendía el derecho internacional humanitario. Hoy lo pisotea.
En torno al problema de la inmunidad diplomática se impone entre los doctrinantes del Derecho Internacional Público que esta no constituye un fuero ilimitado e impenetrable. Así lo han estipulado también la Corte Internacional de Justicia y la Corte Penal Internacional. Quienes han conformado a partir de un Estado (Venezuela) una estructura criminal internacional, que delinque en múltiples países, no puede alegar inmunidad para cometer sus fechorías.
Si esto se aceptara, todo terrorista violador de derechos humanos, saqueadores, etcétera, jamás podrán ser sometidos a la justicia, porque trabajan para una estructura criminal que enseguida le protege, en el caso de Saab no solo se pretende dotarlo de inmunidad, sino de una nacionalidad que no tiene, ya que fue otorgada violentando todos los procedimientos legales y solo para blindarlo en sus actividades criminales.
Existe una limitación jurídico-material de las inmunidades, en razón del crimen cometido, no pueden ser exceptuados de la jurisdicción bajo una supuesta inmunidad diplomática. La protección de los derechos humanos es tarea prioritaria de los Estados. Es absurdo que se otorgue un aval solo para el avance de actividades criminales. Sería universalizar una situación de impunidad.
Como es difícil esconder la actividad criminal, la defensa de Saab, ha demostrado al mundo que Venezuela es un Estado forajido, que protege el terrorismo y que se necesita de los países democráticos para derrocar la tiranía. Es urgente una intervención militar humanitaria para acabar con esta estructura delincuencial.
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