La leche materna tiene tantas propiedades que se merece una celebración: por eso, desde hoy y hasta el miércoles, se desarrolla la Semana Mundial de la Lactancia.
En Argentina, de acuerdo a datos oficiales que distribuyó recientemente UNICEF en el lanzamiento de su campaña con Natalia Oreiro, el 95% de los recién nacidos reciben leche materna. Es un porcentaje alto, pero no se sostiene, ya que sólo el 54% de los bebés menores de 6 meses toman leche materna en forma exclusiva. Y a partir de esa edad -cuando se introduce la alimentación complementaria- la cifra cae aún más y llega al 30%.
Las causas son varias. Si bien dar el pecho forma parte de la naturaleza humana, las falsas creencias en su torno y la desinformación hicieron que la cultura del amamantamiento perdiera adeptos. Con el objetivo de fomentar la lactancia, en 1992, UNICEF lanzó la iniciativa Hospital Amigo de la Madre y el Niño (HAMN). En el país hay 56 hospitales adheridos, en 15 provincias, que deben garantizar el cumplimiento de diez normas que promueven esta práctica ancestral (las parturientas, por ejemplo, deben alojarse con sus bebés para tener contacto continuo y los bebés que lactan no pueden recibir mamaderas o chupetes). Propiciar la lactancia durante la primera hora de vida del bebé es clave: la succión estimula la producción de leche y genera un contacto físico único entre madre e hijo. Sin embargo, sólo el 57% de los recién nacidos en el país tomó leche materna en la primera hora después del nacimiento.
De acuerdo a datos de la Sociedad Argentina de Pediatría, el 98% de las madres puede amamantar. Eso de "la mala leche" es puro cuento, dicen los especialistas: si el envase es humano la leche siempre es buena y alimenta, e incluso las madres que padecen mastitis (una inflamación en los pechos que puede ser infecciosa) pueden dar la teta.
La poca cantidad de leche es otro factor que lleva al abandono de la lactancia, pero si el agarre del bebé es correcto y las tomas son a libre demanda esto no debería suceder. Los pechos son como una fábrica inteligente que producen de acuerdo a la demanda, cuanto más mama el niño, más leche se genera.
La contención y la ayuda también son fundamentales a la hora de sostener la lactancia, por eso el lema de esta edición de la Semana Mundial de la Lactancia es "Apoyo a las madres que amamantan, ¡cercano, continuo y oportuno!". En ese sentido, el papel de la pareja es clave. "El rol del padre como sostén emocional de la madre es fundamental a lo largo de la lactancia. Además, puede colaborar en aquellas tareas en las que la mamá es reemplazable, como bañar al bebé, acunarlo y ocuparse de los hermanos mayores", señala Cecilia Karplus, coordinadora de Liga de La Leche Argentina.
Pero sin dudas, el gran escollo a la hora de continuar con la lactancia se produce al volver al trabajo porque las jornadas laborales extendidas y la falta de lactarios son un obstáculo difícil de superar. En algunas ciudades, como Buenos Aires y Rosario, las normativas establecen que los edificios municipales deben contar con un lactario, pero no hay leyes nacionales al respecto, así como tampoco existen leyes que reglen el comportamiento de las empresas privadas en relación al tema, por eso las madres que desean continuar con la lactancia se ven forzadas a extraerse la leche en lugares inadecuados, como los baños.
"Desde aquí tratamos de predicar con el ejemplo --señalaron desde el Ministerio de Salud nacional--. En 2001 inauguramos el 'Espacio Amigo de la Lactancia' y gracias a él todas las mujeres que trabajan en el edificio y han concluido su licencia por maternidad pueden extraerse leche y guardarla en condiciones de higiene y refrigeración", explicaron.
Sin embargo, remarca Karplus, difícil no es imposible. "Al volver a trabajar, las mamás necesitan ayuda para poder combinar trabajo y lactancia. Lo primordial es informarse sobre cómo y cuándo deben extraerse la leche y también sobre la forma correcta de conservarla. En la Liga de la Leche hay encuentros gratuitos para compartir información y experiencias con otras mamás", anima.
Falta indicar la Fuente de la Noticia https://foro.elhacker.net/noticias/la_info_hay_que_documentarla_leer_antes_de_postear-t30203.0.html
En Argentina, de acuerdo a datos oficiales que distribuyó recientemente UNICEF en el lanzamiento de su campaña con Natalia Oreiro, el 95% de los recién nacidos reciben leche materna. Es un porcentaje alto, pero no se sostiene, ya que sólo el 54% de los bebés menores de 6 meses toman leche materna en forma exclusiva. Y a partir de esa edad -cuando se introduce la alimentación complementaria- la cifra cae aún más y llega al 30%.
Las causas son varias. Si bien dar el pecho forma parte de la naturaleza humana, las falsas creencias en su torno y la desinformación hicieron que la cultura del amamantamiento perdiera adeptos. Con el objetivo de fomentar la lactancia, en 1992, UNICEF lanzó la iniciativa Hospital Amigo de la Madre y el Niño (HAMN). En el país hay 56 hospitales adheridos, en 15 provincias, que deben garantizar el cumplimiento de diez normas que promueven esta práctica ancestral (las parturientas, por ejemplo, deben alojarse con sus bebés para tener contacto continuo y los bebés que lactan no pueden recibir mamaderas o chupetes). Propiciar la lactancia durante la primera hora de vida del bebé es clave: la succión estimula la producción de leche y genera un contacto físico único entre madre e hijo. Sin embargo, sólo el 57% de los recién nacidos en el país tomó leche materna en la primera hora después del nacimiento.
De acuerdo a datos de la Sociedad Argentina de Pediatría, el 98% de las madres puede amamantar. Eso de "la mala leche" es puro cuento, dicen los especialistas: si el envase es humano la leche siempre es buena y alimenta, e incluso las madres que padecen mastitis (una inflamación en los pechos que puede ser infecciosa) pueden dar la teta.
La poca cantidad de leche es otro factor que lleva al abandono de la lactancia, pero si el agarre del bebé es correcto y las tomas son a libre demanda esto no debería suceder. Los pechos son como una fábrica inteligente que producen de acuerdo a la demanda, cuanto más mama el niño, más leche se genera.
La contención y la ayuda también son fundamentales a la hora de sostener la lactancia, por eso el lema de esta edición de la Semana Mundial de la Lactancia es "Apoyo a las madres que amamantan, ¡cercano, continuo y oportuno!". En ese sentido, el papel de la pareja es clave. "El rol del padre como sostén emocional de la madre es fundamental a lo largo de la lactancia. Además, puede colaborar en aquellas tareas en las que la mamá es reemplazable, como bañar al bebé, acunarlo y ocuparse de los hermanos mayores", señala Cecilia Karplus, coordinadora de Liga de La Leche Argentina.
Pero sin dudas, el gran escollo a la hora de continuar con la lactancia se produce al volver al trabajo porque las jornadas laborales extendidas y la falta de lactarios son un obstáculo difícil de superar. En algunas ciudades, como Buenos Aires y Rosario, las normativas establecen que los edificios municipales deben contar con un lactario, pero no hay leyes nacionales al respecto, así como tampoco existen leyes que reglen el comportamiento de las empresas privadas en relación al tema, por eso las madres que desean continuar con la lactancia se ven forzadas a extraerse la leche en lugares inadecuados, como los baños.
"Desde aquí tratamos de predicar con el ejemplo --señalaron desde el Ministerio de Salud nacional--. En 2001 inauguramos el 'Espacio Amigo de la Lactancia' y gracias a él todas las mujeres que trabajan en el edificio y han concluido su licencia por maternidad pueden extraerse leche y guardarla en condiciones de higiene y refrigeración", explicaron.
Sin embargo, remarca Karplus, difícil no es imposible. "Al volver a trabajar, las mamás necesitan ayuda para poder combinar trabajo y lactancia. Lo primordial es informarse sobre cómo y cuándo deben extraerse la leche y también sobre la forma correcta de conservarla. En la Liga de la Leche hay encuentros gratuitos para compartir información y experiencias con otras mamás", anima.
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