No estamos hablando solo de cerrar webs o aplicaciones (si fuera así se retocaría otra ley, la LSSI), sino principalmente de cortar el acceso a Internet
Este Reglamento no es respetado por las instituciones en la mayoría de los casos, y además es utilizado como motivo para todo, como lavado de cara para hacer justo lo contrario de lo que pretende.
En este caso, las administraciones pueden pasarse entre sí nuestros datos alegremente, sin la obligación de comunicárnoslo. Lo contrario de lo que dice el Reglamento Europeo.
"(...) cuando la Administración Pública cesionaria de los datos pretenda el tratamiento ulterior de los mismos para una finalidad que estime compatible con el fin inicial, deberá comunicarlo previamente a la Administración Pública cedente a los efectos de que esta pueda comprobar dicha compatibilidad. La Administración Pública cedente podrá, en el plazo de diez días oponerse motivadamente (..)."
"(...) En aquellos contratos cuya ejecución requiera de la cesión de datos por parte de entidades del sector público al contratista, el órgano de contratación en todo caso deberá especificar en el expediente de contratación cuál será la finalidad del tratamiento de los datos que vayan a ser cedidos.»
Por último en el Decreto hay también mucho de rasgarse las vestiduras para proteger el censo, como si fuera para proteger los datos de las personas. Pero no es por eso. El censo se regala en cada convocatoria de elecciones a los partidos políticos con los datos personales de toda la población, así que tanta preocupación por el censo no es por nosotros; es por ellos.
Se permite el silencio negativo en la autorización de la Administración del Estado a los sistema de verificación de identidad. El silencio negativo es un procedimiento considerado como poco democrático en la deseada era de la transparencia, porque ampara que la Administración no tenga obligación de contestar y, al no contestar, rechace cualquier petición por defecto, además de colapsarse con las apelaciones de los requirientes. Un sistema burocrático, ineficiente y paternalista que no permite avanzar.
Del mismo modo prohíbe completamente el desarrollo del blockchain como sistema de identificación, un método que se está investigando justamente para sustraer la privacidad de las personas a la vigilancia masiva por parte de los poderes fácticos.
El ámbito digital no está al margen de la vida en la era en la que vivimos. Xnet hace una vez más un llamamiento a la sociedad civil para que sigamos defendiendo los derechos digitales como la nueva frontera para la defensa de nuestras libertades individuales y colectivas.
Este Reglamento no es respetado por las instituciones en la mayoría de los casos, y además es utilizado como motivo para todo, como lavado de cara para hacer justo lo contrario de lo que pretende.
En este caso, las administraciones pueden pasarse entre sí nuestros datos alegremente, sin la obligación de comunicárnoslo. Lo contrario de lo que dice el Reglamento Europeo.
"(...) cuando la Administración Pública cesionaria de los datos pretenda el tratamiento ulterior de los mismos para una finalidad que estime compatible con el fin inicial, deberá comunicarlo previamente a la Administración Pública cedente a los efectos de que esta pueda comprobar dicha compatibilidad. La Administración Pública cedente podrá, en el plazo de diez días oponerse motivadamente (..)."
"(...) En aquellos contratos cuya ejecución requiera de la cesión de datos por parte de entidades del sector público al contratista, el órgano de contratación en todo caso deberá especificar en el expediente de contratación cuál será la finalidad del tratamiento de los datos que vayan a ser cedidos.»
Por último en el Decreto hay también mucho de rasgarse las vestiduras para proteger el censo, como si fuera para proteger los datos de las personas. Pero no es por eso. El censo se regala en cada convocatoria de elecciones a los partidos políticos con los datos personales de toda la población, así que tanta preocupación por el censo no es por nosotros; es por ellos.
Se permite el silencio negativo en la autorización de la Administración del Estado a los sistema de verificación de identidad. El silencio negativo es un procedimiento considerado como poco democrático en la deseada era de la transparencia, porque ampara que la Administración no tenga obligación de contestar y, al no contestar, rechace cualquier petición por defecto, además de colapsarse con las apelaciones de los requirientes. Un sistema burocrático, ineficiente y paternalista que no permite avanzar.
Del mismo modo prohíbe completamente el desarrollo del blockchain como sistema de identificación, un método que se está investigando justamente para sustraer la privacidad de las personas a la vigilancia masiva por parte de los poderes fácticos.
El ámbito digital no está al margen de la vida en la era en la que vivimos. Xnet hace una vez más un llamamiento a la sociedad civil para que sigamos defendiendo los derechos digitales como la nueva frontera para la defensa de nuestras libertades individuales y colectivas.