Nos dejamos condicionar por numeritos en lugar de creer en nuestro potencial sin necesidad de evaluarlo tan estadísticamente. Hay infinidad de personas con mucho más CI que no llegarán a ser más mediáticas que este niño porque no les gustan los dichosos tests y que, por circunstancias vitales, han acabado trabajando únicamente en el campo, cosa más digna que acabar en asociaciones elitistas donde uno cree que tiene más oportunidad de salvar el mundo mientras convierten tu persona en carnaza de turno para revistas divulgativas. Venga, ¿qué más?