No sé, pero me parece que no es el tema de actualidad más preocupante. La ropa ropa es. Qué más dará cómo se vista la gente o qué modas sigan.
Francamente, a mí me da igual ver a un tío con los pantalones por los tobillos o a una tía con medio culo al aire. ¿De verdad te importa mucho? Puede que no concuerde con tu sentido de la estética (y probablemente con el de nadie) pero no es algo que me afecte personalmente.
Ahora, otro tema muy distinto es el hecho de que haya poca variedad, que haya poca originalidad y una falta enorme de personalidad propia. Pero de nuevo, creo que esto no se ve en sus más graves consecuencias en la vestimenta, sino en general en cualquier ámbito. Si le preguntas a un adolescente sus gustos personales y acto seguido a otro, entre las pintas que tienen, como hablan y como huelen, más vale que les hayas preguntado el nombre o si no no sabrás quién es quién. Son copias.
También hay que decir que si bien es cierto que en los adolescentes, con deseos de integrarse y pertenecer a un grupo, son los que más padecen de poca originalidad, no es menos cierto que en los adultos también ocurre, y es más, no en la actualidad, sino desde siempre.
La originalidad es una de las mayores virtudes, y por desgracia está poco valorada. La sociedad nos enseña a ser todos idénticos. Esa es la realidad.
Francamente, a mí me da igual ver a un tío con los pantalones por los tobillos o a una tía con medio culo al aire. ¿De verdad te importa mucho? Puede que no concuerde con tu sentido de la estética (y probablemente con el de nadie) pero no es algo que me afecte personalmente.
Ahora, otro tema muy distinto es el hecho de que haya poca variedad, que haya poca originalidad y una falta enorme de personalidad propia. Pero de nuevo, creo que esto no se ve en sus más graves consecuencias en la vestimenta, sino en general en cualquier ámbito. Si le preguntas a un adolescente sus gustos personales y acto seguido a otro, entre las pintas que tienen, como hablan y como huelen, más vale que les hayas preguntado el nombre o si no no sabrás quién es quién. Son copias.
También hay que decir que si bien es cierto que en los adolescentes, con deseos de integrarse y pertenecer a un grupo, son los que más padecen de poca originalidad, no es menos cierto que en los adultos también ocurre, y es más, no en la actualidad, sino desde siempre.
La originalidad es una de las mayores virtudes, y por desgracia está poco valorada. La sociedad nos enseña a ser todos idénticos. Esa es la realidad.