Startups que desarrollan drones comerciales

Iniciado por wolfbcn, 11 Junio 2013, 01:01 AM

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En Boeing, Jonathan Downey trabajó en el desarrollo del A160 Hummingbird, un helicóptero no tripulado utilizado por el ejército de Estados Unidos. En la actualidad, los drones están empezando a lanzarse en mercados no militares, y la start-up de Downey, Airware, espera construir un sistema operativo estándar para acelerar su adopción. Downey compara la plataforma de su compañía al DOS, el software de Microsoft que ayudó a propulsar la primera época de la computación personal.

La empresa, con sede en Newport Beach, California (EE.UU.) que el mes pasado recaudó 10,7 millones de dólares (8,08 millones de euros) de las empresas de capital riesgo Andreessen Horowitz y Google Ventures, forma parte de una serie de start-ups que creen que en el futuro será algo habitual que empresas, organismos públicos e individuos piloten drones. Drone Deploy, otra start-up, ha comenzado la construcción de software para que las organizaciones gestionen y coordinen 'flotas' de drones, de forma parecida al modo en que FedEx hace un seguimiento de los vehículos de reparto.

Sin embargo, en EE.UU. nada de esto es aún una realidad, en parte porque solo un número limitado de entidades gubernamentales e instituciones de investigación han conseguido permiso para pilotar drones en el espacio aéreo nacional. Sin embargo, el Congreso de EE.UU. ha encargado a la Administración Federal de Aviación que antes de 2015 establezca las normas por las que deban regirse los drones en el espacio aéreo del país, y algunas empresas ya están ejerciendo presión para que el Gobierno se dé prisa, a pesar de los problemas de privacidad y seguridad que se plantean. Un grupo de la industria proyecta un impacto económico de 82.000 millones dólares (61.920 millones de euros) procedente del funcionamiento de drones en EE.UU. en la década posterior a la implantación de las reglas. En el Reino Unido y Francia, los drones comerciales ya están tomando los cielos.

Los costes de los componentes informáticos y sensores necesarios para construir el piloto automático del un dron, es decir, el hardware y software con el que navega y se comunica, están disminuyendo rápidamente. "De pronto estamos en un momento en el que podemos ofrecer tecnologías de uso militar a precios de juguete", señaló Chris Anderson, antiguo editor de Wired, durante su participación en un concurrido evento sobre drones comerciales en la Universidad de Stanford a principios de este año. Hace varios años Anderson fundó una empresa, 3D Robotics, dedicada a la venta de sistemas del vehículos sin tripulación simples y listos para volar desde precios tan bajos como 599 dólares (452 euros), y kits 'hazlo-tú-mismo' por incluso menos.

En el extremo opuesto del espectro, los contratistas de defensa han producido sofisticados y costosos sistemas tipo 'caja negra' que no son fáciles de modificar o personalizar. Downey, que es piloto comercial, asegura que Airware tiene como objetivo las aplicaciones para aficionados y militares.

"A la gente no le gustaría ver volando 100 drones diferentes, con 100 plataformas de hardware y 100 plataformas de software distintas", afirma. "Para el bien de todo el mundo hay que conseguir cierto grado de estandarización".

El piloto automático basado en Linux de Airware, con un precio entre 4.000 y 7.000 dólares (3.025 y 5.283 euros), tiene la intención de facilitar la fabricación de drones que pudieran ser modificados de forma sencilla por clientes o terceros desarrolladores que quieran crear aplicaciones o integrar nuevos tipos de sensores.

Mary Cummings, directora del Laboratorio de Humanos y Automatización del MIT (Instituto Tecnológico de Massachusetts, EE.UU.), y que conoció a Downey cuando durante su época de estudiante participó en competiciones de drones, señala que este sistema es "muy necesario" porque la mayoría de las tecnologías de drones voladores son sistemas cerrados y de propiedad de las empresas. Si Airware logra su objetivo de convertirse en una plataforma de amplia utilización, señala, su arquitectura podría servir de impulso a la industria comercial emergente. Aunque afirma que grandes empresas como Lockheed Martin han asegurado estar trabajando en proyectos similares, los resultados han tardado en materializarse.

Los primeros trabajos de Airware sirven para atisbar algunos ámbitos donde la tecnología de dron comercial resulta prometedora, y muchos creen que entre dichos ámbitos estarán la agricultura, el mantenimiento de infraestructuras y la aplicación de la ley. Su primer cliente, Delta Drone, en Francia, fabrica drones que se están utilizando para ayudar tanto a equipos de búsqueda y rescate de esquiadores como a una empres de minera de superficie. Una empresa sin fines de lucro en Kenia ha trabajado con Airware para integrar lectores de etiquetas RFID en un dron que ayuda a rastrear rinocerontes en peligro de extinción y controlar la caza furtiva. Y la Fundación de Bill y Melinda Gates está utilizando el software de Airware para desarrollar drones que puedan llevar pequeños paquetes de vacunas a regiones con carreteras deficientes.

Por supuesto, las oportunidades de negocio para estas start-ups también dependen de cómo hagan frente las sociedades a las preocupaciones de vigilancia y seguridad que plantean los drones. Cada vez un número mayor de departamentos de policía están pidiendo permiso para usarlos en la lucha contra la delincuencia, algo que inquieta a los defensores de las libertades civiles.

Si la industria del dron comercial se convierte en un gran negocio, las mayores oportunidades, señala Jono Millin, cofundador de Drone Deploy, puede ser para aquellas empresas que creen las mejores aplicaciones, y no tanto el propio hardware. "Nuestro gran objetivo es conseguir que los drones sirvan para hacer cosas", afirma.

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