EE.UU. tiene una nueva misión: Combatir los ataques cibernéticos en 2017

[El_Andaluz]

Estados Unidos está en plena época de campañas electorales, donde también es el último año de Barack Obama como presidente, de ahí que en los últimos meses estemos viendo una actividad inusual de propuestas que buscan llamar la atención de cara a la aprobación del presupuesto 2017. Tenemos por ejemplo la creación del superordenador más poderoso del mundo, su apoyo al desarrollo de tecnología para coches autónomos, la ley de acceso a la energía solar, el fomento a la enseñanza de la informática, así como la propuesta de un nuevo impuesto al petróleo.

El día de hoy Obama ha presentado su último presupuesto para el año 2017, el cual se ve complicado que pueda ser aprobado, pero sin embargo puede marcar la agenda que se debatirá una vez que ya tengamos al sucesor de la Casa Blanca el próximo mes de noviembre. Dentro de este presupuesto, hay cosas interesantes, pero destacan sobre todo dos, el presupuesto asignado a la NASA y el anuncio de un nuevo plan de ciberseguridad.

Plan de Acción de Ciberseguridad de 19.000 millones de dólares

Este nuevo esfuerzo por combatir los ataques cibernéticos, lleva por nombre Cybersecurity National Action Plan (CNAP), al que se le han asignado en total 19.000 millones de dólares, lo que significa un incremento de 35% en el presupuesto 2017, y llega en el momento preciso después de que se filtrarán los datos personales de cerca de 22 mil agentes del FBI y otros 9 mil del Departamento de Seguridad Nacional de los Estados Unidos, además de que este 9 de febrero se conmemora el día del Internet Seguro.

Esta filtración de datos del FBI afecta de forma general a Estados Unidos, aquí no se trata de Republicanos o Demócratas, por ello Obama acertó con su propuesta, la cual al día de hoy es la más viable de todo el presupuesto 2017 y que sin duda permanecerá en el debate todo este año, ya que como sabemos, el tema de seguridad en Estados Unidos tiene prioridad.

Al cierre de 2015, los ataques cibernéticos representaron un coste de más de 15 millones de dólares en promedio para cada una de las empresas afectadas, esto representó un incremento del 19% respecto a los ataques en 2014.

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